CONÓCENOS

Soy Rocío Buesa Pérez, terapeuta ocupacional en Sentira. Mi trabajo es acompañar a los niños y niñas y a sus familias para que puedan participar y desempeñar sus actividades diarias, como por ejemplo, el autocuidado, el juego o las relaciones con los demás.

Lo que más me gusta es poder empoderar a las personas para que consigan lo que se proponen.

Ver que el día a día de las familias es un poquito mejor, que tienen más bienestar, para mí es muy gratificante.

En mi tiempo libre me encanta pasear, ir a la montaña, hacer ejercicio… todo lo que sea estar al aire libre. También cantar y bailar.

Tengo un gato que se llama Lily y una perra que se llama Tiva.

Lo que más me gusta en este mundo es estar con mi familia, y los días de lluvia, en casa junto a la estufa.

¿Un secreto? Tengo memoria musical y asocio canciones a personas. Por ejemplo, si me dices hoy una canción que te gusta, pueden pasar muchos años, que en cuanto empiece a sonar esa canción, me acordaré de ti.


Soy Belén Buesa Corvinos, pedagoga, así que me dedico a trabajar con chicos y chicas que tienen dificultades de aprendizaje o que necesitan un apoyo curricular más adaptado o específico para sus necesidades. Trabajo también con las familias y los centros educativos para que los aprendizajes que vamos consiguiendo en Sentira se puedan replicar en todos los contextos. También trabajo los hábitos de estudio y de organización del trabajo e implemento técnicas de estudio.

Lo que más me gusta es el trabajo conjunto con las familias y los usuarios.

A los usuarios los veo una vez a la semana o incluso veces varias veces a la semana y creo que es importante que el vínculo que se forma entre nosotros vaya en ambas direcciones, yo les cojo mucho cariño (con algunos llevo ya años trabajando y el poder implicar ahora a las familias hace que les aporte más confianza, tranquilidad y bienestar que repercute en todo el núcleo familiar).

Me parece muy importante que las familias se vean arropadas y que el trabajo que se hace desde Sentira tenga un enfoque cercano y humano, donde el foco este siempre en el bienestar de los usuarios.

¿Te cuento algo? Tengo dos gatos que rescate en la pandemia, un gato llamado Toulouse y una gata que se llama Arles. Además, te diré que me gusta mucho leer y cocinar, especialmente si son postres o dulces, ¡es lo que más me gusta comer! Cuando tengo que recargar pilas salgo a la naturaleza, me ayuda mucho a relajarme y despreocuparme de las cosas del día a día.

Lo que más valoro de mi vida son las personas de mi entorno, así que lo que más me gusta es estar con mi familia, mis amigos y mis gatos.

Mi secreto es que… ¡odio madrugar! Intento levantarme por las mañanas lo más tarde que puedo y por las noches soy un poco búho.


Soy Pablo Couso Páez, psicólogo en Sentira. Mi enfoque se centra en observar la funcionalidad de las intervenciones para las personas y familias con quienes trabajo.

Me interesa profundamente verificar que las estrategias implementadas resulten beneficiosas en su vida diaria.

Además de mi trabajo, disfruto de momentos de desconexión y alegría con mis dos perros, Farha y Pipo.

En mi tiempo libre, aprovecho para realizar actividades como patinar, caminar por la montaña y dar paseos con mis queridas mascotas, son esenciales para mi bienestar.

Uno de los valores que considero fundamental en mi vida personal y profesional es la equidad. Creo firmemente en la importancia de un trato justo y equitativo para todos.

Y por último: ¡me encanta el chocolate! Es uno de mis mayores placeres.


Soy Berta Carrera Carnicer, responsable de que todo fluya en Sentira, gracias a las grandes personas y profesionales que me rodean.

Un día me dijeron que un buen terapeuta familiar tiene que ser curioso, pero no cotilla. En ese momento comprendí que, efectivamente, la vida me ha llevado a dedicarme a lo que realmente me apasiona: acompañar a las personas, comprenderlas, intentar que, junto a mí, puedan sentirse mejor.

Algo que considero imprescindible, es hacerlo desde el respeto y la admiración que cada una de ellas despierta en mí.

Ahora, al ser adulta, he comprendido que soy terapeuta familiar desde siempre. Ya desde niña me quedaba maravillada simplemente observando a las personas y las peculiaridades que cada uno tenía. Cuando empecé a comprender los tipos de vínculos y de relaciones que se establecen entre las propias personas y, concretamente, dentro de las familias, se me abrió un mundo de curiosidad y admiración en el que entré de lleno.

Si me preguntan qué es lo que más me gusta en la vida, sin duda diré: los niños. Yo siempre decía que de mayor quería ser “mamá”. Me maravillan los niños, su creatividad, su espontaneidad, su diversión y, sobre todo, su ternura.

No soporto las injusticias ni el sufrimiento ajeno, especialmente empatizo con las madres y padres que tienen hijos o hijas con necesidades o dificultades, sean las que sean. Soy miembro de un equipo que cada día trabaja para intentar que cada niño y niña llegue a su máximo potencial, y que todas las familias que acuden a Sentira avancen en su proyecto de vida, sintiéndose cada día más satisfechos, más tranquilos y, en definitiva, más felices.

Lo que más me gusta en este mundo es estar con la gente que quiero, es decir, mi familia y mis amigos. Me gusta hacer cualquier tipo de actividad en la que estemos disfrutando juntos.

Soy de montaña, pero me encanta el mar. Puedo estar horas bañándome o viéndolo desde la orilla, me relaja y me sana su movimiento y su sonido. No hay nada que me de más paz que estar en el mar.

¿Un secreto? Mi padre siempre decía que yo era un poco bruja pero realmente no tengo poderes mágicos, mi varita es la observación y sobre todo la empatía.